¿De dónde viene el origen del calendario que utilizamos?

¿De dónde viene el origen del calendario que utilizamos?

El calendario gregoriano empezó a ser usado a partir del año 1582, esto quiere decir que este fue adoptado como el calendario que actualmente se usa en casi todas las partes del mundo y que tiene la capacidad de separar cada una de las estaciones al igual que los meses tomando en cuenta el año solar.

Conoce un poco la historia del calendario

A partir del siglo XVI, este fue el calendario que constantemente se empezó a usar en la mayoría de los países, evidentemente fue primero en los países europeos por parte de una tradición católica, y después de un tiempo en los países que son de raíz cristiana pero que se encontraban mucho más lejos de Roma al igual que del poder papal.

Conoce un poco la historia del calendario

Sin embargo se trata del calendario que es usado oficialmente en todas partes del mundo, existe una gran variedad de formas de poder fijar el tiempo tomando en cuenta la cultura o también el astro por el cual se lleva a cabo la medición del tiempo, que bien puede ser el sol, también la luna o incluso ambos.

Un ejemplo puede ser el siguiente, los budistas tienen un calendario propio, también existe el calendario hindú, el azteca, el musulmán o también el chino, pero muy pocos de estos son usados oficialmente en el mundo.

Antes de la llegada del calendario gregoriano, todo el continente europeo se encontraba regido por lo que es el calendario juliano, que fue impuesto nada menos que por Julio César en el año 46 a.C.

Este se encontraba basado en el año solar al y fue lo que trajo consigo la división del año en los 365 días y en los 12 meses como también lo tenían establecido los egipcios.

Pero pese a esta nueva organización en los días al igual que de las estaciones, aún ocurría un desfase en el tiempo en el transcurso del año que no hacía posible que ocurriera una coincidencia exacta en lo que se refiere al año solar.

Para que esto pueda ser compensado, fue añadido un día más en el año una vez transcurrido cuatro años, que actualmente se conoce con el nombre de año bisiesto.

Pero aun así se trataba de un sistema que tampoco seguía siento nada perfecto y el desfase que esto provocaba se iba haciendo mucho más grande con el paso de los años hasta que llegó un momento en donde la diferencia entre el calendario astronómico y el calendario civil solo llegó a ser de unos 10 días.

Concilio de Trento

Para que fuese posible llegar a lo solución de este problema, ocurre un acuerdo para que fuese posible elaborar otro nuevo calendario en lo que es el Concilio de Trento.

Mediante de lo que es la bula inter gravissimas, en el año 1582 el conocido Papa Gregorio XIII tuvo la oportunidad de introducir un nuevo calendario, con lo cual aparte de lo que ya tenía ese novedoso sistema el día que sigue del 4 de octubre se estableció que el día 15 de octubre fuese reconocido para recordar que estos diez días se refieren al desfase que ya se ha mencionado con anterioridad.

Esto es algo que se pudo lograr debido a la novedosa política con respecto a los años bisiestos.

Concilio de Trento

Partiendo de este instante los años que contaban con 366 días solamente ocurrirían cuando se tratara de un múltiplo de cuatro, exceptuando aquellos años que fuesen un múltiplo del número 100. Así mismo hay que exceptuar  los múltiplos de 400 ya que también son considerados múltiplos de 100, en el caso de que sean bisiestos.

Sin embargo el calendario gregoriano sigue sin ser perfecto puesto que cuenta con unos cuantos desajustes y después de cada 3.3300 años, ocurre la acumulación de las horas suficientes para que sea posible agregar un día más.

Pero la posibilidad de resolver esto al igual que el número de años que se requiere ha permitido que el sistema que fue impuesto por el Papa se mantenga como el calendario oficial del planeta.

Esta reforma fue tomada por España, Portugal, Italia y ciertas zonas de Francia, de Bélgica o también de los países bajos. Sin embargo, poco a poco se van uniendo más países con lo que es la última incorporación que fue hecha por Grecia en el año 1923.